Quizás el mito de Pinocho y su nariz no es una fabula.
Ya muchos estudios han demostrado los cambios que suceden en nuestro cuerpo como consecuencia de las mentiras, cambios que la Psicología Forense y la Psicología criminalista ha sabido aprovechar para su ejercer profesional.
Entre evitar palabras que le involucren con lo contado ( “se me dañó el vehículo y el celular no tenía batería” en lugar de decir ” se me dañó el vehículo y no pude llamarte porque tenía la batería de mi celular descargada”) hasta la conductividad eléctrica de nuestra piel como efecto de la mentira.
A esa lista se suma, lo que los investigadores han llamado "Nariz de Pinocho" como una forma mas de delatar las mentiras que por una razón u otra decimos en el día.
¿Qué es la nariz de Pinocho?
Según un estudio realizado por el departamento de Psicología Experimental de la Universidad de Granada nuestra nariz sufre un ligero cambio cuando mentimos, quizás no nos crece como a Pinocho, pero según este estudio, la temperatura de la punta de su nariz aumenta o disminuye mientras mentimos o decimos la verdad.
Así mismo comprobó que este efecto sucede en en la zona del músculo orbital, en la esquina interna del ojo. Según el estudio, si realizamos un gran esfuerzo mental, desciende la temperatura de nuestra nariz, y ante un ataque de ansiedad se produce una subida general de la temperatura facial.
Las mentiras aumentan la presión sanguínea y, en consecuencia, se inflama la nariz, apareciendo levemente enrojecida. Los expertos en lenguaje no verbal han observado que los que están mintiendo suelen frotarse la nariz, ya sea con un frotamiento rápido debajo de la nariz o con un toque rápido y casi imperceptible.
Además, la nariz no es la única parte del cuerpo que se inflama, ya que el pene también lo hace. Que sepamos, a Pinocho sólo le crecía la nariz cuando mentía.
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