¿Es necesario un diccionario de Psicología?
Hace unos años, me encontraba en una clase de mi carrera en la Facultad de Psicología de la UNAN León, Nicaragua. La profesora nos estaba explicando algunos conceptos sobre condicionamiento y entre las palabras que utilizó para ello, se encontraba “elicitar”. Un alumno levantó la mano para interesarse por el significado de tal palabra. ¿Quién le explica a vuestro compañero lo que significa “elicitar”?, preguntó la profesora. Nadie contestó. ¿Nadie lo sabe?, inquirió de nuevo. Después de afear nuestra escasa inquietud por consultar el diccionario para aprender palabras nuevas, nos dijo que “elicitar” significaba ‘estimular’, ‘provocar’.
Ya en mi casa, consulté mi vieja Enciclopedia Ilustrada Lafuente. No venía “elicitar”. Es un diccionario viejo y pequeño, pensé. Vendrá en el de la Real Academia. Pasaron varios años. Era mi primera sesión clínica en CAPS del HEODRA, hablaban de un señor que padecía esquizofrenia de tipo desorganizado. Este paciente presentaba conductas extrañas como prosternarse y orar delante de cada farola o defecar en lugares públicos. Tales conductas fueron calificadas como ‘bizarras’, acto éste que no causó ninguna extrañeza entre la concurrencia. Yo no sabía exactamente lo que significaba ‘bizarro’ pero me sonó raro.
De nuevo en casa, volví a consultar la Enciclopedia Ilustrada Lafuente. Esto es lo que ponía: “Bizarro: Valiente, gallardo, esforzado”. No me pareció que defecar en lugares públicos fuera una conducta excesivamente gallarda.
Posteriormente descubrí que bizarre en inglés significa ‘extravagante’ y to elicit, ‘estimular’.
Todos hemos podido ver cómo, cada vez más, se están introduciendo en el lenguaje de la psiquiatría, de la psicopatología y de la psicología clínica, muchas palabras procedentes de otros idiomas, en especial del inglés, que no tienen ninguna justificación en castellano.
También abundan algunos vulgarismos que sería deseable desterrar.
El resultado es un lenguaje cada día más difícil de entender. Si tenemos en cuenta que, debido a su objeto de conocimiento, el lenguaje de la psicología clínica y de la psiquiatría ha de ser necesariamente complicado, uno de nuestros propósitos tiene que ser el no complicarlo de manera artificial y estéril.
Por ello me parece necesario el uso adecuado de la terminología de la psicopatología, la psiquiatría y la psicología clínica, con el objetivo de contribuir, de manera modesta pero firme, a que dicha terminología tenga un nivel de complejidad dificultad acorde con la complejidad y dificultad de los asuntos que trata, pero no más.
Para ello es el presente diccionario psicológico, y, ademas diccionario psiquiátrico que puedes descargar fácilmente desde esta pagina.
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Hacia adelante.
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