Más del 80% de las percepciones en el ser humano son visuales, la mayoría de la información
que del exterior recibimos transita por el canal visual; por tanto la percepción visual es el
medio primordial para establecer contacto con el ambiente.
Mientras que la percepción es concebida como un paso intermedio del proceso de información
entre la sensación y la cognición; la percepción visual es definida como la capacidad para
reconocer y discriminar estímulos visuales y para interpretar dichos estímulos en función de las
experiencias previas (Frostig, 1966). La percepción visual depende del grado de maduración del
sistema nervioso central y de la estimulación medioambiental, a su vez favorece el desarrollo de
otras funciones perceptivas y se encuentra estrechamente ligada con la evolución de habilidades
cognoscitivas superiores, tales como el lenguaje, el razonamiento, la memoria, el aprendizaje y la
coordinación visomotora. Todas ellas, sustento del rendimiento escolar exitoso desde los
primeros años de la vida académica del niño. Psicólogos y educadores suponen que el desarrollo
perceptomotor adecuado es prerrequisito para el desarrollo de las habilidades académicas.
Una de las demandas más frecuentes al psicólogo infantil es la atención a los problemas
académicos que los menores presentan, expresados en:
1. Desempeño general deficiente
2. Dificultades de aprendizaje en un área particular
3. Problemas de conducta
De ahí, la gran importancia que la percepción visual tiene para la psicología y por ello la
necesidad de crear o diseñar instrumentos que permitan evaluarla de manera confiable a través de
diversas tareas de ejecución motora.
En la actualidad, existen diversas pruebas destinadas para tal
fin: El Test de Percepción Visual (DTVP-2), El Test de Retención Visual de Benton, La Figura
Compleja de Rey-Osterrieth y el Test Guestaltico Visomotor de Bender.
Como resultado de su interés en el estudio de la psicología de la percepción, en el año de 1946
Lauretta Bender publica el manual de la prueba y las 9 tarjetas de estímulo, y partir de ese
momento se constituye en una de las pruebas de mayor difusión por su aplicación clínica tanto en
adultos como en niños y por las grandes ventajas que sobre otros instrumentos ofrece: es de fácil
y rápida aplicación, los estímulos son neutros, se presenta como una tarea inocua a los ojos de los
sujetos evaluados quienes aceptan cooperar sin mayores trabas y al estar las figuras libres de
influencias socioculturales el margen de aplicación se incrementa, resultando un procedimiento
sencillo para la eficaz detección de inmadurez, retraso mental y presencia de lesiones o
disfunciones cerebrales en los niños, además de que permite establecer algunas hipótesis sobre la
dinámica emocional y conflictos infantiles asociados.
La Dra. Bender encontró que la percepción y la reproducción de las figuras guestálticas varía en
función del nivel de maduración y desarrollo de cada individuo y de las alteraciones o trastornos
neurológicos, determinando que la mayoría de los niños sin alteraciones neurológicas, a los once
años son capaces de copiar las nueve figuras sin errores. Por consiguiente creó una Tabla
Evolutiva que identifica los cambios genéticos en la capacidad de reproducir las figuras estímulo.
Sin embargo, su prueba no fue utilizada ampliamente en población infantil hasta la aparición de
métodos de interpretación más objetivos, enfocados en la evaluación del desarrollo de los
procesos perceptuales y motores, tal y como es el caso del Sistema de puntuación para la prueba
de Bender propuesto por la Dra. Elizabeth Münsterberg Koppitz publicado en 1964. Esta autora
construyó dos Escalas, una de Maduración que abarca de los 5 a los 10 años de edad y otra de
Indicadores Emocionales. Este método permite detectar de manera objetiva en los niños:
madurez para el aprendizaje, problemas en la lectura, dificultades emocionales, lesión cerebral y
deficiencia mental.
Han transcurrido cerca de 65 años desde la creación del test Guestáltico Visomotor de Bender y
continúa vigente como una técnica confiable de evaluación y detección, particularmente en el
psicodiagnóstico infantil; por tanto el presente cuadernillo tiene como finalidad poner al
estudiante de psicología en contacto con esta prueba, al ofrecer la información esencial sobre la
misma, los sustentos teóricos originales y el sistema de puntuación de Koppitz específicamente
desarrollado para evaluar la función guestáltica visomotora en los niños.
Para descargar el manual de interpretación del Test de Bender en formato PDF da clic en este enlace.
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