Los términos «análisis de conducta criminal» o criminal profiling nos resultan cada
vez más familiares. En primer lugar, por qué no decirlo, por la notoriedad que les han
otorgado las numerosas películas de cine, las series televisivas o la literatura de género
negro y el thriller. Es muy común, sobre todo, el término criminal profiling para
referirse a una técnica de análisis realizada por individuos especializados en el análisis
de la conducta en el ámbito delictivo.
Son hitos en la historia cinematográfica del
perfilado criminal la agente Clarence Starling, protagonizada por Jodie Foster en la
película El silencio de los corderos (Jonathan Demme, 1991), la serie Mentes criminales
(CBS, desde 2005) y, más recientemente, la serie Mindhunter (Netflix, Denver and
Delilah Productions, Panic Pictures, 2017), que han supuesto la popularización de la
especialidad investigativa de los analistas de conducta, en concreto los del FBI,
precursores de la técnica.
Lejos de la ficción, el auge de los estudios criminológicos de los últimos tiempos ha
provocado un gran aumento del interés, no solo por conocer la actividad de los analistas
de conducta profesionales, fundamentalmente de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad,
sino también por comprender y realizar esta actividad desde otros ámbitos, como el
privado o el académico. Numerosas universidades convocan grados o másteres de
Criminología en los que el análisis de la conducta criminal está presente en todos los
programas de estudio y cientos de alumnos, altamente motivados por aprender los
entresijos de esta disciplina, se han dejado seducir por su atractivo intelectual y
profesional.
Sin embargo, mi experiencia en el campo de la investigación criminal y en el de la
formación universitaria al respecto de esta especialidad me han mostrado que no siempre está claro a qué se refiere el término «análisis de conducta criminal», pues no nos
encontramos un concepto más o menos consensuado ni un área de trabajo específico
para referirnos a este campo.
Este ensayo pretende aclarar estos términos, tanto acerca del concepto de análisis de
conducta criminal como de la actividad específica a la que se refiere y se intentará desde
la práctica profesional que otorgan más de veinte años dedicados a la aplicación de los
conceptos propios de la Psicología y la Criminología a la investigación del delito.
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